El Estado mexicano primordialmente se rige por una serie de normas y preceptos
que se encuentran en un librito llamado La Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, que además de lineamentos, refleja nuestra identidad como
nación, simboliza nuestras raíces como pueblo y expresa nuestra cultura en sus
136 artículos.
Es interesante que, si no la conocemos muy a fondo, podemos llegar a
sorprendernos de que mucho de lo que necesitamos como nación y como
ciudadanos, lo podemos consultar en ella. Por ejemplo, nuestras obligaciones, la
estructura de los órganos del Estado, quien puede o no crear leyes, reglamentos,
entre muchos otros datos.
Nuestra constitución ha tenido un aproximado de 800 modificaciones desde su
creación en 1917, a las que llamamos “reformas”, lo cual la Real Academia
Española denomina como; modificar algo, por lo general con la intención de
mejorarlo1
. Y realizando un contraste con otros países democráticos, nuestra
constitución es una de las más reformadas.
Partiendo de lo anterior, podemos decir que cada reforma que se realiza afecta o
beneficia a los mexicanos, sin embargo, lo ideal sería el beneficio y una pregunta
importante es, ¿Quién controla la legalidad y oportunidad de las reformas?, en
respuesta a esto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el 2002 dictó un
criterio que a la voz nos dice “procedimiento de reformas y adiciones a la
constitución no es susceptible de control jurisdiccional”2
, ahora, imaginemos el
hecho de no poder defendernos en pleno 2021, ¿resulta catastrófico, no es
cierto?.
La buena noticia es que, con los años, este criterio se ha ido modificando, y la
Corte ha estado más al pendiente de las inconstitucionalidades que se comenten
al momento de aplicar una reforma y explico todo esto, porque es más común que
se apliquen reformas para que la ley se adecue a algo o alguien y no para que
nosotros nos adecuemos a la ley.
Si bien es cierto, que los tiempos van cambiando y es necesario una actualización
normativa, también lo es que las reformas pueden llegar a ser excesivas y
debemos tomar en cuenta si realmente se está velando por los intereses de todos
o solo de unos pocos, así como, si los cambios son necesarios y oportunos o
están de sobra, y con esta información, ya sabes que hay un órgano que puede
defenderte y también que hay que empezar a cuestionar y a cuidar más una de las
cosas más sagradas que tenemos como mexicanos que es nuestra constitución
política, simplemente por el bien común de nuestra sociedad, porque en ella se
encuentra nuestra protección y derechos como mexicanos y también por un
beneficio general.