La Primera Ministra de Estonia le dio un portazo al gas ruso pues dejarán de importarlo a finales de este 2022. Aunque el energético pueda volverse caro, “la libertad no tiene precio”, sostuvo.
Vladimir Putin, presidente de Rusia, ordenó que Gazprom -empresa estatal del gas del país- sólo venda su producto a los países europeos a cambio de rublos.
Pero aunque pretendió que Europa pague en rublos para que el Kremlin pueda aguantar las duras sanciones económicas por la invasión a Ucrania, Estonia (por cierto vecino de Rusia) le dio un portazo y su gobierno ya no le comprará gas.
Kaja Kallas, primera ministra de Estonia, dijo en entrevista para Euronews que “uno podría decirles que el gas podrá ser caro, pero la libertad no tiene precio”.
“Vengo de un país en el que no teníamos libertad. Yo nací en la Unión Soviética. Sé muy bien lo que esto significa. Se dice que entiendes el valor de la libertad cuando te la quitan. Por eso es difícil explicárselo a aquellos países o personas que de entrada no lo han vivido”, aseveró al sostener la posición.
Confirma que “va a ser duro” pero “tenemos que ser honestos con nuestros ciudadanos”.
Le preguntaron a Kallas si no teme que Estonia sea el siguiente objetivo de Putin si vence a Ucrania, a lo que ella respondió que “no tenemos miedo” porque su país es miembro de la OTAN.
"Si somos atacados Estados Unidos, Francia o Alemania también lo son (miembros de la OTAN). Creo que esto es demasiado grande incluso para Rusia”, pues agredir militarmente a Estonia significaría que Washington y otras potencias se involucren en la guerra.
Polonia, Bulgaria y Lituania ya dejaron de comprar gas ruso cuando Putin anunció que lo vendería sólo a cambio de rublos. Estonia y otras naciones europeas van en camino a realizar lo mismo.
INFORMACIÓN DE EL TIEMPO