LAS DE CÓDIGO

MEOQUI.- Haciendo una escala en su recorrido desde las latitudes boreales, las primeras aves migratorias llegaron desde la semana pasada al espejo de agua del humedal Ramsar, sitio que utilizan para alimentarse y descansar, pero en el cual continúa el problema de la contaminación con desechos dejados por la gente.
Patos de distintas especies, garzas, grullas y águilas pescadoras coexisten en este ecosistema acuático, en cuyas riberas también pueden observarse otras aves que viven de forma permanente en la región, como los gorriones, chanates, pájaros carpinteros y palomas.
Usuarios de las redes sociales reportaron hace algunos días la presencia de un grupo pequeño de pelícanos, especie que llega cada año del norte de Estados Unidos, pero durante el recorrido realizado este lunes por el área del río San Pedro no se vio a ningún ejemplar.
Sin embargo, a finales de este mes suelen arribar las bandadas de estas aves de pico grande, las cuales se alimentan de peces y crustáceos que encuentran en las aguas del río San Pedro.
Al igual que los pelícanos, miles de aves de otras especies llegan durante las últimas semanas del año, convirtiendo al humedal de Meoqui en un hervidero de seres emplumados cuya presencia ofrece un espectáculo natural.
Cabe destacar que en el municipio de Meoqui se han registrado más de 140 especies distintas de aves, entre migratorias y residentes, una riqueza faunística que ameritó a la zona del vado ser catalogada en 2012 como sitio Ramsar, es decir, un humedal de importancia internacional.
Sin embargo, a pesar de esta designación, el río San Pedro sigue padeciendo problemas de contaminación, ya que la gente arroja toda clase de desechos en las riberas: bolsas de plástico, envases de alimentos, botellas de vidrio, papel higiénico, pañales y toallas sanitarias.
Lo anterior es un problema recurrente, pues a pesar de las campañas de limpieza que realiza un grupo de ambientalistas cada fin de semana, los visitantes siguen dejando su basura a orillas del río.