Comerciantes de distintos giros señalaron nuevamente ser víctimas de hostigamiento por parte de varias dependencias estatales y municipales, pues se quejaron del cobro excesivo de contribuciones y de clausuras arbitrarias de sus negocios, lo que para ellos representa pérdidas económicas y hasta la quiebra en algunos casos.

Alejandro Noriega, presidente de la Asociación de Comerciantes Unidos de Delicias (ACUDE), denunció que desde hace un año y medio aproximadamente, el comercio en esta ciudad ha sido atacado por las autoridades, principalmente la Comisión Estatal para la Prevención contra Riesgos Sanitarios (COESPRIS).




Manifestó que el reclamo de los comerciantes es ser escuchados por las instancias de los gobiernos estatal y municipal, pues también han sido acosados por el departamento de Gobernación y la coordinadora de Protección Civil, que les cobran “impuestos tras impuestos”, lo que a su vez genera presión psicológica a los dueños de establecimientos.

Noriega explicó que las dependencias mencionadas exigen a los comerciantes cumplir con varios lineamientos para poder trabajar, a lo cual ellos no se oponen pero sí consideran que “no es parejo ni justo”.

“Hay ocasiones en las cuales se clausura un negocio durante quince días. Entonces, los gastos de cualquier negocio, como se sabe, se siguen corriendo, el cual tiene daños y hay familias que dependen de ese ingreso. Nosotros nunca estamos cerrados a la mejora, pero sí creemos que necesitamos un poquito más de tacto, un poquito más de humanidad hacia el comercio aquí en Delicias”, externó.

El entrevistado señaló que es la COESPRIS la dependencia con la que tienen más problemas, porque la dependencia, ante la observación más mínima, les cierra sus negocios, lo que trae una afectación mayúscula.

“Si bien en los casos que se han presentado no hay casos que sean graves, que haya una afectación hacia algún consumidor o hacia algún cliente, son detalles estéticos los cuales se nos hace un poco injusto que se les cierre el comercio a la persona”, expresó.

Aquellos comerciantes cuyos locales son cerrados, tienen que invertir para subsanar las observaciones hechas por la COESPRIS, lo que significa una sangría de dinero y, para algunos, la quiebra de sus negocios.



Refirió que días atrás, al dueño de un negocio pequeño lo obligaron a cerrar después de una revisión de la COESPRIS, que le exigió remodelar el local. A la fecha, el comerciante ha tenido que desembolsar cerca de sesenta mil pesos y ya se le terminó el dinero; no percibe ingresos porque la dependencia no lo deja abrir su tienda.

Por lo anterior, el presidente de ACUDE pidió una vez más a las autoridades ser más empáticas con los comerciantes, pues no todos tienen recursos suficientes para realizar las mejoras que piden las autoridades.

Información: Saul Ponce