En una noche que solía resonar con el dulce sonido de las serenatas, este 10 de mayo se vivió una calma inusual en las calles. A diferencia de años anteriores, la cantidad de serenatas fue notablemente reducida, dejando un vacío en una tradición que solía ser una parte integral de la celebración del Día de las Madres.
"Es triste ver cómo estas tradiciones tan importantes se van perdiendo", comentó Juan Carlos Rangel de Gobernación.
A pesar de la falta de actividad, cabe destacar que la noche transcurrió de manera tranquila y sin incidentes. Los pocos grupos que llevaron a cabo serenatas lo hicieron de manera respetuosa y discreta, sin llamar la atención de los vecinos ni perturbar la paz nocturna.
Según informes de la oficina de Gobernación, un total de 30 personas solicitaron permiso para llevar a cabo serenatas en la noche del 10 de mayo. Esta cifra contrasta notablemente con la cantidad de serenatas que solían realizarse en años anteriores, lo que refleja una disminución en la participación de la comunidad en esta tradición.