Luis Carlos González, consultor agrícola y ganadero de Meoqui, señaló que el valor de la cebolla es altamente fluctuante por la producción en otros estados y la demanda variable del mercado
Otro mal año se cierne sobre los productores de cebolla en Meoqui y Rosales, quienes enfrentan dificultades para comercializar la hortaliza debido a la saturación del mercado, lo que pone en riesgo que la cebolla se pierda en los campos donde ya fue cosechada.
Luis Carlos González, consultor agrícola y ganadero de Meoqui, señaló que el valor de la cebolla es altamente fluctuante por la producción en otros estados y la demanda variable del mercado. Además, no todos los productores locales operan bajo el esquema de agricultura de contrato.
Explicó que muchos agricultores cultivan cebolla sin haber firmado acuerdos previos con empresas mayoristas, especialmente del centro del país. Esto genera un problema de comercialización, a pesar de que la región cuenta con tierra, semilla y conocimiento para producir lo que podría considerarse la mejor cebolla del mundo.
González comentó que la inversión promedio es de 100 mil pesos por hectárea. Los compradores se encargan de levantar y transportar la cebolla, pero no realizan el pago a los agricultores hasta que la hortaliza es comercializada. Además, el proceso implica costos adicionales de capeo, encostalado, levantamiento y transporte.
Actualmente, el precio de la cebolla está por debajo de los dos pesos por kilo, lo que la hace no rentable para los productores. En algunos ranchos, la cebolla permanece encostalada, a la espera de que el precio mejore, pero con el riesgo de que se descomponga.
El consultor explicó que la cebolla es difícil de almacenar por largos periodos, a diferencia de otros productos como la manzana, que puede conservarse en frigoríficos. La única alternativa para conservarla más tiempo es procesarla en polvo, un método que requiere un costoso proceso de secado que pocos agricultores pueden costear.
Ante esta problemática, Luis Carlos González consideró necesaria una planeación coordinada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural para evitar la saturación del mercado. Propuso retomar medidas que se aplicaban años atrás, como la expedición de permisos de siembra para limitar la superficie cultivada de cebolla.
Comentó también que en esta temporada se cosechan las cebollas intermedias, plantadas entre enero y febrero, además de las variedades tempranas y tardías. Por ahora, finalizó González, los productores esperan que el precio repunte, aunque el panorama es incierto.
El Heraldo de Chihuahua